jueves, 29 de marzo de 2012

TABUCCHI, IN MEMORIAM

En el recuerdo a Antonio Tabucchi (y a su profunda admiración y entendimiento hacia Pessoa) cito:
¿Por qué se escribe? Hace tiempo, cuando era joven, escuché a Samuel Beckett responder: "No me queda otra". Las respuestas posibles son todas plausibles pero con un punto de interrogación. ¿Escribimos porque tememos a la muerte?¿Por qué tenemos miedo de vivir?¿Por qué tenemos nostalgia de la infancia?¿Por qué el tiempo pasado corrió deprisa o por qué queremos detenerlo?¿Escribimos porque a causa de la añoranza sentimos nostalgia, arrepentimiento?¿Por qué queríamos haber hecho una cosa y no la hicimos o por qué no deberíamos haber hecho algo que hicimos y no debíamos? ¿Por qué estamos aquí y queremos estar allá y si estuviéramos allá nos hubiese resultado mejor quedarnos aquí? Como decía Baudelaire: la vida es un hospital donde cada enfermo quiere cambiar de cama. Uno piensa que se curaría más deprisa si estuviera al lado de la ventana y otro cree que estaría mejor junto a la calefacción.
¿Por qué escribo? Cincuenta escritores nos desvelan los secretos de su creación
Jesús Ruiz Mantilla. EPS, 2 enero de 2011. nº 1788.

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